¿A QUÉ SE REFIERE LA FORMACIÓN INTEGRAL?

La formación integral es un tipo de educación orientada al ser humano. En los estudiantes pretende el desarrollo de capacidades, valores y habilidades para su trayectoria académica, como parte de un proceso continuo, permanente y participativo para la realización plena del estudiante.

Este tipo de enseñanza lo que proporcionará es una madurez emocional, personal y académica, más aún preparándolos de manera imprescindibles para la inclusión, permanencia y promoción en el mercado laboral actual.

La formación integral se interesa en la formación del ser humano, que busca el desarrollo armónico, aunque todas las dimensiones del estudiante para descubrir y potenciar sus talentos.

Según Orozco, en su estudio “La formación integral: Mito o realidad”, muestra que la formación integral tiene que ver con una educación orientada al desarrollo de todas las dimensiones de la persona, como un estilo de educar que se enfoca en el estudiante como un todo. Lo conduce a adquirir la capacidad de actuar con el potencial de su espíritu, de manera autónoma y responsable en su contexto social, de tal forma que logre comprometerse con su transformación. La formación integral conlleva un compromiso de la persona consigo mismo y con la sociedad.

La formación integral como parte de la educación es un compromiso institucional, donde participan administrativos, directivos, docentes y estudiantes, para generar un clima formativo desde la cotidianidad.

Para Orozco además, ayudará a crear un clima formativo al ofrecer asignaturas con contenidos que conlleven valores culturales y estéticos, donde aparte de trasmitir saberes, ofrece elementos para el desarrollo personal, a partir de las características, condiciones y potencialidades de cada estudiante.

La formación integral en la educación aportará al desarrollo de las dimensiones ética, espiritual, cognitiva, afectiva, comunicativa, estética, corporal y sociopolítica.

La educación integral es la base para la formación de los futuros profesionales, principalmente para concebir una mejor sociedad en desarrollo, acorde a los cambios y transformaciones que caracterizan en este mundo globalizado.

Toda institución educativa que contemple una formación integral en el estudiante, debe estar consciente de que esta será el fundamento y la razón de ser de la misma concretizada en la misión, visión y valores.

Con esta metodología los estudiantes recibirán una educación basada en competencias y habilidades matemáticas, computación, idiomas, entre otras, además de adquirir habilidades manuales, manejo de herramientas, sistemas operativos, habilidad verbal y escrita, etc; e incluir formación en valores.

El desafío de la educación integral es ir en contra de la fragmentación de los conocimientos del ser humano. “En los sistemas educativos vigentes, la percepción de la realidad como elementos separados, divididos en temas discretos, es aún el paradigma dominante. La nueva visión integral se relaciona con el mundo como un sistema interconectado. Esta percepción es la base de la educación integral, y por lo tanto define un nuevo enfoque integrado de enseñanza”, manifiesta Michael Laitman, investigador que promueve la educación integral a nivel global. 

La educación integral involucra no solo involucra a la institución educativa, sino a su comunidad, la formación es además responsabilidad del hogar y los padres de familia serán clave en el proceso de este tipo de educación.

Este modelo educativo se diferencia de otros al comprender la complejidad del ser humano. No es fundamentado en la asignatura ni en el contenido puro. Cuestiona el aprendizaje, lo contextualiza, le brinda sentido y humaniza al estudiante. No se enfoca únicamente en el contenido, busca que se aprenda haciendo, que se reflexione sobre el desarrollo y las fortalezas del carácter.