“Encontré que la imagen de la madre constituía ese amor dulce y callado que se expresa en gestos, en la del campesino la angustiada fuerza generadora del susento diario“.
Procedencia familiar
Eduardo Kingman nació en Loja el 3 de febrero de 1913. Fue hijo de un médico norteamericano que trabajaba en las minas de Portovelo y de la lojana Rosa Riofrío. Desde muy joven vivió en Guayaquil con su madre y hermanos, luego viajó a Quito para inscribirse y estudiar en la Escuela de Bellas Artes. Muere en 1997.
Estudios y formación artística
Sus estudios primarios los realizó en la escuela anexa del normal Juan Montalvo, posteriormente estudiaría durante un año en el Colegio Nacional Mejía. Pero la atracción por el arte era cada vez más fuerte, hasta que en 1928 ingresa en la Escuela de Bellas Artes de Quito donde tuvo por maestro al afamado artista Víctor Mideros. Pronto adquirió merecida fama e internacionalmente fue conocido como “El Pintor de las Manos”, pues estas fueron motivo de inspiración de muchas de sus mejores obras, con las que marcó una época notable de su carrera. Tuvo también una etapa dedicada a la ecología y los desnudos.
Trayectoria artística
En 1933, junto a Antonio Bellolio, Solá Franco, Demetrio Aguilera Malta, Enricco Pacciani y Mario Kirby, presentó sus primeros cuadros en una muestra colectiva organizada por la Sociedad de Escritores y Artistas. 1935 su obra recibió el Primer Premio por “El Carbonero”. 1940 se trasladó a New York, en el bohemio barrio de Greenwich Village, donde recibe nuevas influencias y una más amplia y abierta concepción del mundo, lo llevan a un expresionismo de contenido universal. 1947 recibe el Primer Premio en el Tercer Salón Nacional de Artes Plásticas de la Casa de la Cultura, que volvió a repetir en 1953, en el Quinto Salón de Artes Plásticas organizado por la misma institución. 1959 obtuvo el Primer Premio en el Salón Mariano Aguilera. 1973 recibió la Condecoración Estrella de Octubre conferida por la Municipalidad de Guayaquil. 1975 la Orden Nacional al Mérito en el Grado de Comendador. 1984 le fue otorgada la Medalla Atahualpa en el Grado de Caballero. 1986 recibió del Gobierno del Ecuador el Premio Eugenio Espejo y, finalmente, en 1994 obtuvo el Premio Gabriela Mistral con que fue galardonado por la Organización de Estados Americanos (OEA).
Obra artística
Sus numerosas exposiciones fueron presentadas en todas las ciudades del Ecuador y las principales de América, Europa y la Unión Soviética, donde su obra fue muy aplaudida y mereció los mejores comentarios. Según el escritor Juan Cueva, la obra de Kingman es el legado más significativo del realismo social en su vertiente indigenista. Más allá de su sensibilidad frente a la suerte de los condenados de la tierra, desde el punto de vista estrictamente pictórico; sus cuadros están resueltos con maestría, entre un dibujo cabal y firme y una cromática rotunda, agresiva, llena de personalidad.
Aporte a la sociedad
Connotado pintor, dibujante, grabador y muralista Lojano, Kingman es considerado uno de los maestros del expresionismo ecuatoriano. En sus cuadros impregnó el realismo social gracias a sus ideas políticas, ligadas al tema del dolor, la explotación y la segregación indígena. Las grandes y poderosas manos de sus personajes, fueron el símbolo de la fuerza y resistencia milenaria de los pueblos indígenas de América.
“La mayoría de mi obra es dramática, es a base de los conflictos humanos, trato de balancear con un colorido fuerte… para que la tristeza no sea tan triste”