“El respeto a la Patria es el respeto a su soberanía plena, tengamos el honor de merecerla“. Procedencia familiar
Nela Martínez Espinosa, nació en 1912 en Cañar. Hija de César Martínez Borrero, conservador, y de Enriqueta Espinosa, mujer afectuosa y gran lectora. Creció en Colloctor oyendo los gritos de angustia de los indígenas cuando eran azotados. Tomo distancia con el conservadurismo de su padre para abrazar la causa del socialismo, la lucha por los desposeídos, el trabajo junto a los indígenas, con las mujeres, y su labor literaria. Muere en el 2004 en Cuba.
Estudios y formación intelectual
La primaria estudio en la escuela de las monjas Catalinas de Cañar y en 1924 fue enviada interna al colegio de Los Sagrados Corazones de Cuenca, donde le permitían salir una vez al mes a casa de sus abuelos maternos. Salió de su lugar de origen, a ciudades como Ambato, Cuenca, Guayaquil o Quito. Y luego a otros países.
Trayectoria profesional y política
Narradora, ensayista y crítica de arte, fue la primera cuentista ecuatoriana del siglo XX. Trabajó como profesora y luego conoció a quien sería su compañero de ideología y de lucha: Joaquín Gallegos Lara.
En 1928, a los 16 años de edad, trabajo como profesora en Ambato, en una escuela para niños pobres. En 1935 fue nombrada representante de Cañar, en la primera organización de unidad de izquierda que se reunió en Quito. En 1941 integró el Comité del Movimiento Popular Antitotalitario (Antinazi), para combatir la propagación de las ideas fascistas en Ecuador. En 1943 formó parte de Acción Democrática Ecuatoriana (ADE), que lucha contra los abusos y el despotismo del Presidente Arroyo del Río, y durante la insurrección armada conocida como “La Gloriosa”, que derrocó al dictador el 28 de mayo de 1944, dirigió la toma del Palacio de Gobierno. El mismo año, junto a Dolores Cacuango, constituyó la Federación Ecuatoriana de Indios (FEI) y las primeras escuelas indígenas de enseñanza quechua. En 1946 viajó en representación de Alianza Femenina Ecuatoriana al Congreso Internacional de Mujeres Latinoamericanas, sede Guatemala, permaneció invitada por sus compañeros y ayudó a la fundación del Partido Comunista de ese país. En 1947 recorrió Centroamérica dictando conferencias para organizar a las mujeres. En 1949 es delegada al Primer Congreso por la Paz, que se realizó en París. Permaneció un año en Europa, participó en la organización de las mujeres antifascistas y en la recolección de firmas contra la amenaza de la guerra atómica. En los 50 formó el Frente Popular Ecuatoriano, lideró la movilización nacional en protesta por el alza del pasaje del transporte público de Quito. Fue la primera mujer diputada que estimuló la creación de la Confederación de Trabajadores de Ecuador (CTE), en 1938, la Alianza Femenina Ecuatoriana (AFE), en 1962, la Unión Revolucionaria de Mujeres del Ecuador y muchos sindicatos. Se opuso firmemente a la entrega de la Base Militar de Manta a los Estados Unidos. Amiga de Cuba, en el año 1973 recibió la orden Ana Betancourt otorgada por el Consejo de Estado. En los años 60, fundó la Unión Revolucionaria de Mujeres Ecuatorianas y la revista “Nuestra Palabra”.
Producción literaria
Entre su obra figuran los Cuentos de la tortura, la Antología de narradoras ecuatorianas y Los Guandos. Escribió cuentos, poemas y artículos de opinión. Por su ejercicio político a favor de la paz, su coraje y rebeldía, por su obra literaria, mereció la condecoración “Mujer Ecuatoriana del Siglo XX”.
Aporte a la sociedad
Martínez es considerada la pionera de los movimientos de mujeres en el país, y una pieza clave para el desarrollo del Partido Comunista del Ecuador (PCE). Defensora permanente de los derechos de los grupos indígenas; militante de las causas de la solidaridad internacionalista y de la conquista de los derechos de la mujer. Su corazón quedó enterrado en Cuba, sus cenizas volvieron a Ecuador, pero su legado está impreso en cada mujer que lucha.